¿Qué me esperaba de esta película?... Pues para seros sincero, poco o nada, tan sólo verla y pasar un rato de cine más o menos agradable y entretenido.
Y con esos ojos comencé a verla… y con esa visión la degusté en su primera hora: entretenida, buena ambientación de la época, aceptables interpretaciones… ¿Y el guión?... en los primeros minutos del film, quizas sea éste el único elemento que flojea un poco… o al menos se percibe esa sensación.
Lo cierto es que Los años desnudos es de esas películas con las que hay que tener un poco de paciencia y concederlas unos minutos de previo calentamiento… o de caridad cinematográfica, ya que cuando menos te lo esperas y cuando estás a punto de tirar la toalla… comienza a ganar solidez y a acaparar, de una manera natural, la atención y el interés de los espectadores.
“Pues yo te veo más flaca que cuando estuviste gorda-gorda… Pero más gorda que cuando estuviste flaca-flaca”
Sin previo aviso, Los años desnudos pasa de ser una película prácticamente carente de contenido… a convertirse en una película sólida y convicente que nos comienza a hablar sobre los sentimientos, sobre el compañerismo, sobre las miserias humanas, sobre las enfermedades… es decir, sobre las alegrías y penas humanas.
Y con esos ojos comencé a verla… y con esa visión la degusté en su primera hora: entretenida, buena ambientación de la época, aceptables interpretaciones… ¿Y el guión?... en los primeros minutos del film, quizas sea éste el único elemento que flojea un poco… o al menos se percibe esa sensación.
Lo cierto es que Los años desnudos es de esas películas con las que hay que tener un poco de paciencia y concederlas unos minutos de previo calentamiento… o de caridad cinematográfica, ya que cuando menos te lo esperas y cuando estás a punto de tirar la toalla… comienza a ganar solidez y a acaparar, de una manera natural, la atención y el interés de los espectadores.
“Pues yo te veo más flaca que cuando estuviste gorda-gorda… Pero más gorda que cuando estuviste flaca-flaca”
Sin previo aviso, Los años desnudos pasa de ser una película prácticamente carente de contenido… a convertirse en una película sólida y convicente que nos comienza a hablar sobre los sentimientos, sobre el compañerismo, sobre las miserias humanas, sobre las enfermedades… es decir, sobre las alegrías y penas humanas.
Los años desnudos acaba adoptando forma de película recubierta de humanidad... y por lo tanto, consigue (en mayor o menor medida) satisfacer las expectativas que los espectadores habían volcado sobre ella.
Candela Peña (Sandra), Goya Toledo (Lina), Mar Flores (Eva) son sin más miramientos las tres estrellas resplandecientes de la película. Ellas iluminan la película, eso sí, cada una de ellas lo hacen a su manera, a su estilo... y con las virtudes y limitaciones de cada una de ellas. Pero en definitiva, son tres buenas interpretaciones las que nos regalan este trío tan peculiar de actrices.
Candela Peña (Sandra), Goya Toledo (Lina), Mar Flores (Eva) son sin más miramientos las tres estrellas resplandecientes de la película. Ellas iluminan la película, eso sí, cada una de ellas lo hacen a su manera, a su estilo... y con las virtudes y limitaciones de cada una de ellas. Pero en definitiva, son tres buenas interpretaciones las que nos regalan este trío tan peculiar de actrices.
Tres actuaciones en las que se puede apreciar la solidez y aplomo interpretativo de Candela Peña, la gracia y chispa interpretativa de Goya Toledo con su personaje de Lina, lleno de contrastes y por último, tenemos la actuación de Mar Flores que nos deja una buena muestra de la seguridad y naturalidad interpretativa que ha ido ganando con los años.
“Y qué os voy a decir. Hay cosas que no se pueden decir porque no hay palabras para explicarlas. Si existieran, nadie entendería su significado”
¿Lo mejor?, sin lugar a dudas, la actuación estelar de Candela Peña, que nos ofrece un personaje, Sandra, repleto de carácter y con excelentes registros interpretativos: cambios temperamentales, de autoestima, decepciones, alegrías… Para el recuerdo, los directores del film, Dunia Ayaso y Félix Sabroso, nos regalan un monólogo de Candela, tal como Dios la trajo al mundo, cargado de la expresividad y naturalidad interpretativa que sólo posee ella. Genial, de lo mejor de la película.
“Me entendéis si pido pan, agua… y hasta un beso. Pero nunca me podrías entender ni quitar esta mano oscura que no sé si mi hiela o me abrasa el corazón cada vez que me quedo sola”
También destacable, aunque en menor medida, la interpretación secundaria de Luis Zahera, ue da vida a Marcos, un personaje lleno de temperamento y soberbio carácter, con un registro similar al personaje que interpretó en la original e innovadora Concursante.
“Y qué os voy a decir. Hay cosas que no se pueden decir porque no hay palabras para explicarlas. Si existieran, nadie entendería su significado”
¿Lo mejor?, sin lugar a dudas, la actuación estelar de Candela Peña, que nos ofrece un personaje, Sandra, repleto de carácter y con excelentes registros interpretativos: cambios temperamentales, de autoestima, decepciones, alegrías… Para el recuerdo, los directores del film, Dunia Ayaso y Félix Sabroso, nos regalan un monólogo de Candela, tal como Dios la trajo al mundo, cargado de la expresividad y naturalidad interpretativa que sólo posee ella. Genial, de lo mejor de la película.
“Me entendéis si pido pan, agua… y hasta un beso. Pero nunca me podrías entender ni quitar esta mano oscura que no sé si mi hiela o me abrasa el corazón cada vez que me quedo sola”
También destacable, aunque en menor medida, la interpretación secundaria de Luis Zahera, ue da vida a Marcos, un personaje lleno de temperamento y soberbio carácter, con un registro similar al personaje que interpretó en la original e innovadora Concursante.
Igualmente digna de destacar es la segunda interpretación masculina de peso de la película, es decir, la llevada a cabo por Antonio de la Torre, toda una actuación llena de ingenio. Por último, también es destacable un par de pequeñas intervenciones, llenas de gracia y salero, por cuenta del actor Jorge Calvo.
¿Lo peor? Que la película se encuentra perdida y sin rumbo en buena parte de su duración… Son momentos por los que pasa el film en los que el espectador tiene la sensación de que la película ya no tiene nada que contarle… ni nada con lo que sorprenderle… Hasta que finalmente, como ya os he contado, la historia se endereza, y encuentra su rumbo adecuado. Es cuestión de tener un poco de paciencia con ella... o no.
“Mujeres… Siempre nos llamáis chicas y no somos chicas: somos mujeres”
¿Lo peor? Que la película se encuentra perdida y sin rumbo en buena parte de su duración… Son momentos por los que pasa el film en los que el espectador tiene la sensación de que la película ya no tiene nada que contarle… ni nada con lo que sorprenderle… Hasta que finalmente, como ya os he contado, la historia se endereza, y encuentra su rumbo adecuado. Es cuestión de tener un poco de paciencia con ella... o no.
“Mujeres… Siempre nos llamáis chicas y no somos chicas: somos mujeres”